jueves, 28 de julio de 2011

Oracio a la virgen de la madre del divino pastor



Dios te salve amante, tierna y cuidada María, Pastora vigilante de los pecadores, por cuya conversión ruegas continuamente al Señor, y a imitación del Buen Pastor, tu Hijo, buscas la oveja perdida con gran solicitud desde el Cielo, para traerlas al redil.
Dios te salve, porque ardiendo tu corazón en el fuego inextinguible de la caridad, asombras y ahuyentas al lobo infernal para que deje libre al rebaño de los pecadores. 
Dios te salve, porque es tanto tu encendido amor, que si fuera necesario darías mil veces la vida porque no se apartara ni una sola oveja del aprisco feliz de la gracia. 
Dios te salve, porque a cada uno de los pecadores, por ser criaturas de tu Santísimo Hijo, y almas redimidas con el precio infinito de su sangre, los amas tanto, y los apacientas con tanto cuidado, que siempre velas con incansable afán para que vuelvan al redil de donde se apartaron y sean apacentados de tu maternal amor y misericordia.


Historia de la advovacion de la Madre del Divino Pastor


Esta advocación mariana se inició en tiempo de Felipe V. Aparece la santísima en Virgen vestida de pastora con las ovejas a su alrededor y su hijo Jesús acompañándola. Actualmente se le conoce con la denominación de Madre del Divino Pastor, patrona titular de la  Congregación de Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor, fundadas por el Venerable sacerdote catalán José Tous y Soler.
La Virgen María recibe el nombre pastora porque su hijo es llamado el buen pastor y porque ademas de eso ella se preocupa de las ovejas del rebaño en general y cada una de ellas particularmente sean miembros de la iglesia de Cristo o no. María ademas es pastora porque realiza muchas de las funciones del pastor, sobre todo defender su rebaño de los lobos que andan sueltos. «El monje Pedro, obispo de Argos decia: «Maria sé la compañera de nuestro viaje de quien está en camino y sé navegante para quien está en el mar». 
Cuando invocamos a María como madre de los desamparados y/o refugio de los pecadores, la preocupación de María es la de ir en busca de la oveja perdida. Ella nos llama con su voz maternal para que regresemos al rebaño y podamos escuchar y seguir la voz del Pastor. Ella es la pastora que toma en sus brazos a las ovejas necesitadas.